La Problemática del uso de los agroquímicos para la agricultura viene siendo uno de los ejes de lucha desde los movimientos Ecologistas, ambientalistas, biólogos, pueblos Indígenas y agricultores orgánicos. El uso de plaguicidas contra el ciclo natural de las plantas e insectos para garantizar la productividad del suelo, garantizar la productividad, garantizar la compra de insumos para la agricultura, la era verde llena de plaguicidas, los componentes ideológicos y comerciales ,mercantiles, han generado una dependencia suicida, tanto económica como emocional, una depredación contaminate del suelo las especies y los humanos. El uso de estos componentes químicos ha degenerado ciclos biológicos, ciclos naturales de simbiosis y relaciones ecosistemicas de especies que dentro del sistema monocultivista fueron alteradas y tratadas de controlar con su exterminio, sin medir o estudiar el impacto ecológico para el planeta además garantizar la dominación hacia el agricultor y la dependencia de dichos insumos que se han probado conducen a enfermar al ser humano. Por esto desde nuestra sección, esta denuncia que reproducimos y contextualizamos es de suma importancia.
Reponer sus poblaciones nos llevará años y hasta décadas
La presente semana significó para las personas apicultoras y ambientalistas, el momento más paradójico del que se tenga memoria en Costa Rica. Un nuevo caso de intoxicación masiva de abejas se registró ésta semana en la comunidad de Lagunillas de Orotina, donde personas inescrupulosas aplicaron sustancias tóxicas -que son mortales para las abejas-, lo que provocó la muerte de al menos cinco millones de abejas, la pérdida de materiales y el impacto económico para varias personas que viven de la producción de miel.
Las pérdidas por las abejas, la cera, la miel y los materiales para uso apícola, se calculan preliminarmente en 25 millones de colones. No obstante, el daño ambiental se considera inestimable, debido a que las abejas son elementos indispensables en la conservación de los ecosistemas y en la reproducción de especies vegetales básicas para producción de alimentos.
Rigoberto Rojas Saborío, apicultor afectado, señaló que: “producto de la intoxicación de mis abejas, lo he perdido todo, me siento muy afectado anímicamente porque éstas abejas eran mi vida”. Señaló que eran aproximadamente cuarenta colmenas con cámara doble, reinas nuevas y vigorosas, “aquí no han quedado abejas vivas por lo que mi pérdida fue total”, indicó.
Adaluz Alpizar, una apicultora con más de cuatro décadas de experiencia y vecina del señor Rojas, señaló que: “estos casos son muy dolorosos, porque las abejas no le hacen daño a nadie y son un ejemplo de organización y trabajo para nosotros”.
Por su parte, Jorge Gómez Chávez, otro apicultor orotinense con casi media década de experiencia, recordó que: “antes nosotros sacábamos mucha miel, los agricultores casi no se usaban químicos y las abejas eran muy mansas”. Gómez, recientemente perdió el 40% de las abejas en uno de sus apiarios, producto de envenenamiento.
La emergencia fue atendida por el Médico Veterinario, Raúl Venegas Porras, Jefe de Sanidad Pública Veterinaria del SENASA en la Región del Pacífico Central. Venegas, se apersonó al lugar de los hechos acompañado por otros funcionarios de Salud Animal, a recolectar muestras de abejas para remitirlas a los laboratorios del SENASA con la finalidad de determinar el agente químico empleado para darle muerte a las abejas.
Paradoja, la presente semana ha sido de contrastes: la Comisión de Ambiente de la Asamblea Legislativa, aprobó el proyecto de la Diputada Ivonne Acuña para declarar de interés público la apicultura. Un avance en mecanismos de protección para las abejas e incentivos para el desarrollo de la apicultura. Por otro lado, la Sala Constitucional acordó ampliar -en casi dos años- el plazo ordenado en la Sentencia N° 2019-024513 de las 13:20 horas del 6 de diciembre de 2019, para que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) realice un estudio científico sobre los efectos en la salud, el ambiente y las abejas productoras de miel que tiene el uso de agroquímicos que contengan sustancias neonicotinoides.