Entre las ciencias sociales, la economía se nos presenta como una ciencia rigurosa que basa sus análisis, proyecciones y verificación de hipótesis a partir de datos obtenidos de la matematización rigurosa de observaciones y la consideración sistemática de todas las posibles contingencias económicas.
La economía está consciente de que los recursos son limitados y pretende establecer esquemas adecuados para maximizar el uso de los mismos y generar nuevas fuentes de ingreso, tanto en el nivel personal como familiar, gremial y estatal.
De ahí que, en el plano estatal, el cual abarca todas las instituciones públicas, deba actuarse con ética, en cuanto a los análisis, proyecciones y verificación de hipótesis económicas, ya que los resultados de estas investigaciones afectarán, no solamente a un individuo, sino a la población en general.
Una sola variable que no sea considerada o que sea comprendida imprecisamente puede implicar errores irreparables para la economía de una institución y el país en general. Es por esto que en las instituciones bancarias del estado, las altas jerarquías deben estar ocupadas por personas responsables, que trabajen con ética y rigurosidad científica para que garanticen el menor grado de probabilidad de generar pérdidas irreparables para toda la población.
En este sentido no es aceptable que alguien quien posea un sueldo justo, pagado por el erario público, actúe en contra de las instituciones para las cuales ha sido contratado o contratada o realice proyecciones irresponsables, sin contar con los fundamentos suficientes para sostener sus afirmaciones.
El Sindicato de Empleados del Consejo Nacional de Producción y Afines ha hecho una denuncia pública de un hecho que es desde todo punto de vista inaceptable, falto de ética y con una contundente irresponsabilidad laboral, por parte del Lic. Manfred Sáenz Montero, en su condición de gerente corporativo y designado por el MBA. Douglas Soto Leitón, gerente general del Banco de Costa Rica, para dar respuesta a una consulta girada por la Asamblea Legislativa, al respecto del Proyecto de Ley para la Soberanía Alimentaria.
En esta respuesta, Sáenz sostiene que este proyecto pretende otorgar competencias relevantes para la protección alimentaria al Consejo Nacional de Producción (CNP), “cuando es público y notaria la caótica situación administrativa, económica y financiera” de la institución. Esta afirmación la sostiene tomando como argumento “lo expuesto en los medios informativos”.
Esto no es aceptable desde ninguna perspectiva. Si el Lic. Manfred Sáenz Montero no estuviera representando la autoridad del BCR, tal afirmación, digna de una cantina, demostraría un error metodológico grave, pero no pasaría de evidenciar un alto grado de ignorancia. No obstante, al estar ostentando tan importante cargo, es preocupante que su criterio tenga tanto poder en una institución financiera tan importante para nuestra nación.
El Lic. Sáez no presentó estadísticas ni datos cuantitativos ni reportes interpretativos que sostuvieran el motivo por el cual le preocupa que el CNP adquiera competencias significativamente relevantes para la protección alimentaria. Su argumento fue: lo expuesto en los medios de comunicación. ¿Y si de esto pudiéramos sospechar que esa es su principal fuente para extraer juicios de valor y proyecciones para las políticas a seguir en el BCR? Esto es una total falta de ética y rigurosidad.
¿Qué son para el Lic. Sáenz los medios de información? Primero que todo, no hay una diferencia entre información y comunicación en el erudito argumento del gerente corporativo del BCR. Existe mucha información y muchos medios a partir de los cuales podemos acceder a esa información, los cuales comprenden hasta rótulos publicitarios.
Del sentido en el que emplea el argumento, en función de la conclusión a la que llega, cuando ser refiere a “medios de información” no apela a nada que no sean periódicos y noticieros de difusión masiva. O sea, todos los medios de comunicación alternativos, que también presentamos información, quedamos por fuera de su observación o simplemente no existimos para el gerente corporativo del BCR, esto si inferimos consecuencias posibles de su argumentación.
Ahora, centrémonos en los “medios de comunicación masiva”, el tipo de información que propagan por la población, su nivel de objetividad y su rigurosidad científica e investigativa.
Estos medios responden a criterios editoriales y la versión que brindan sobre los hechos, en la mayoría de los casos es selectiva y parcial. En tanto que empresas, tienen intereses económicos de por medio y estos intereses son los que median la selección de la información. Por lo tanto, no son objetivos.
Además, el modo de informar en muchos de estos medios en el ámbito nacional, no es riguroso: su reportes no son el resultado de una investigación de fondo. Pocos de los noticieros y programas que tratan sobre política abarcan una investigación propedéutica de la información que nos brindan y algunos han sido fuertemente cuestionados por el modo en el que abordan determinadas temáticas. A modo de ejemplo, han surgido cuestionamientos sociales, válidos y teóricamente fundamentados, al abordaje reciente del femicido de la doctora María Luisa Cedeño.
En síntesis, los “medios de información”, a los que alude el gerente corporativo del BCR para cuestionar al CNP, no son rigurosos y es una irresponsabilidad partir de tales argumentos para llegar a conclusiones sobre un asunto que tiene tanta importancia para la población en general, como “la seguridad alimentaria”.
A continuación, le presentamos la posición del Sindicato de Empleados del Consejo Nacional de Producción y Afines al respecto de esta situación y hacemos un llamado a la ciudadanía a estar vigilante de la labor de estos funcionarios de alcurnia en nuestras instituciones.