INTRODUCCIÓN.- Es frecuente oír, que cuando dos policías interrogan a un ciudadano, uno hace el papel de "policía malo" en tanto el otro hace de "policía bueno". Por supuesto que ambos tienen el mismo objetivo: Supuestamente, descubrir la "verdad procesal".
LOS EVENTOS DEL CAPITOLIO.- El día 6 de enero, el Congreso de los EE.UU. debía certificar los "resultados" del Colegio Electoral, que había dado el triunfo a Joe Biden por lograr éste, más de "270 votos electorales" en la contienda del 3 de noviembre pasado. El presidente Donald Trump, desde antes de las elecciones, había señalado que para este evento, se había montado "un fraude gigantesco", que atentaba a su reelección, comentario este que desnudaba las debilidades de la "democracia estadounidense". Este 6 de enero, cuando el Capitolio estaba listo para la certificación, las instalaciones fueron invadidas por manifestantes, supuestos adherentes a Donald Trump, con gran violencia, tanto de "unos como de otros", dejando un saldo de cinco muertos, muchos heridos, detenidos y un gran listado de ciudadanos que "se pretende capturar". Una situación que nunca debió ocurrir, menos aún en el país que se autoimpuso el "rol de gendarme internacional", y que pretende adjudicarse el papel de "ductor de la democracia mundial".
CONSECUENCIAS.- "Trump mató el tigre, pero le tuvo miedo al cuero". Felizmente fue así. El presidente se percató que "ya no mandaba en su propio país", a tal punto, que la alcaldesa de Washington tuvo que decretar "toque de queda", y salvo algunas pequeñas manifestaciones, el "ambiente se tranquilizó", el Congreso volvió a reunirse y certificó a Joe Biden como "presidente electo", en espera del 20 de enero cuando será juramentado como el presidente 46 de los EE.UU.
SANCIONES.- Muchos latinos piensan, que "mejores tiempos nos vienen". Que Joe Biden será un presidente que dará "un mejor trato a Latinoamérica". A esos amigos hay que invitarles a leer la historia de las "relaciones del imperio con el resto del mundo". En lo que respecta a América Latina, tenemos toda una vida de "ingerencias, golpes, invasiones, masacres", no importando si en el país del norte, manda un demócrata o un republicano. Es mi creencia que hemos sido más víctimas en tiempos de los demócratas, pero estos optan por hacer de "policía bueno", ya que sonríen mientras dan la "cuchillada trapera". Recordemos que Barack Obama, cuando apenas asumía el cargo, se le concedió el premio Nóbel de la Paz, y no titubeó en calificar a nuestra Patria, de una "amenaza inusual y extraordinaria", herramienta juridica que sirvió a Donald Trump, "el policía malo", para que nos aplicara todas las sanciones ilegítimas que se le ocurrió. Recordemos además que fue en el gobierno de Obama, con la vicepresidencia de Biden, cuando se deportó más migrantes latinos en toda su historia, cuando se separó a niños de sus padres, "enjaulando" a los menores. Esto es una pequeña muestra de lo que hicieron los "policías buenos", que en poco difieren con lo hecho por los "policías malos".
CONCLUSIONES.-Lo que ocurrió en el Capitolio de Washington, es obvio que es grave, pero un problema que deben resolver su gente y sus instituciones. Lo ideal sería que lo sucedido, los haga reflexionar, para en lugar de inmiscuirse en los problemas de otras naciones, comiencen a preocuparse por los más de 60 millones de desempleados que hay en los EE.UU., por la gente que vive en carpas, porque perdieron sus viviendas, o por su deficitaria política de salud, la cual ha sido visibilizada a raíz de la Pandemia. En fin, un imperio en decadencia. No espero nada del "policía bueno". Insisto, Joe Biden fue vice-presidente de Barack Obama, e imagino que no se podrá sustraer a su ideario del "Destino Manifiesto" y en consecuencia de la "Doctrina Monroe". Una forma de enfrentar a este "policía bueno", después de haber sufrido las ingerencias del "policía malo", será la necesaria "integración latinoamericana".